La Realidad Cuántica

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En el principio de los tiempos la búsqueda de lo divino y la ciencia marchaban de la mano. Recordemos que había un Dios del sol, un Dios de la lluvia, un Dios de la agricultura, etc. Antes los filósofos y los sacerdotes eran los encargados de buscar el conocimiento. Fue hasta que en la edad Media (s. V- s.XV d.c) la iglesia subió a una posición de poder supremo y quiso convertir a la Biblia y su interpretación parcial y literal en la dueña y proveedora de la verdad, mientras que la Ciencia seguía avanzando pero ya no de acuerdo a las ideas radicales que proponía la Iglesia.
Científicos como Copérnico , Filippo Bruno, Galileo Galilei desafiaron las ideas de la Iglesia vigentes en aquel entonces como la de que la Tierra era el centro del universo. La Iglesia perseguía sin piedad e incluso condenaba a muerte a aquellos que desafiaban sus ideas hasta que Descartes inventó el Dualismo. Le propuso a la Iglesia dividirse el área del Conocimiento. La Iglesia podía controlar todo lo que tiene que ver con el alma y el espíritu es decir todo lo que no se ve, todo lo místico y la Ciencia controlaría todo lo que se puede ver y comprobar y así evitar conflictos.
De esta manera los científicos ya no se sentían sometidos por la Iglesia y reaccionaron con venganza y empezaron a decir que todo aquello que no se podía ver y comprobar, era fantasía e ilusión. Ellos planteaban que somos estrictamente máquinas que vivimos en un Universo mecanizado, predecible, gobernado por leyes estrictas e inmutables .

Durante más de 300 años la historia científica del universo nos hizo creer que vivimos en un universo mecánico . Según esta idea, el cosmos está formado por componentes inertes, como el polvo derivado de la explosión de las estrella o los desechos fruto de colisión de asteroides y planetas desintegrados. Esta idea aunada a la Teoría de la Evolución de Charles Darwin donde se expone que somos el resultado último de una serie de sucesos fortuitos nos han hecho creer en una existencia que pudiera parecer carente de sentido.

La Ciencia siguió cavando en ese Universo mecanicista y tropezó con un misterio.  En diminutos rincones del tiempo y el espacio los científicos encontraron una energía inconmesurable y misterios alucinantes, misterios que sugieren que todos estamos conectados, que el Universo físico es esencialmente no físico y así nace la Mecánica Cuántica a principios del siglo 20 que hizo volar las puertas de la perspectiva mecanicista. Y es aquí donde la Ciencia y la relgión de nuevo e irremediablemente se tienen que volver a unir para poder seguir avanzando.  Obviamente volver a juntar a Dios o la Mente o esa fuerza creadora  invisible y la materia no es algo muy fácil de hacer, quizá en el siglo 21 se logré derribar esta muralla de Hierro .  Hoy en dia, la Ciencia y la Religón ya han empezado a platicar.  El interés por darle una explicación científica a la espiritualidad cada día es mayor. Hoy  ya se ha comprobado que la Consciencia , los Valores Platónicos, la Verdad, existen en este nivel fundamental de la geometría del espacio-tiempo y con el Universo en general.

Nuevos descubrimientos realizados por investigadores de vanguardia justifican sobradamente que reconsideremos la manera de vernos y de ver al mundo. Hoy la ciencia está desvelando los secretos de algunas de las Verdades mejor guardadas de la naturaleza, como la epigenética, la división del átomo y la realidad cuántica, y es ahora cuando los secretos de nuestras propia esencia y capacidades adquieren importancia trascendental. Por primera vez en la historia de la humanidad registrada, el acceso a estos secretos nos da el poder para definir nuestro destino. Hoy debemos conocer estos secretos y averiguar cómo encajan en nuestras vidas y decidir cuidadosamente el curso que vayamos a seguir. Recordemos que la historias que nos contamos y que nos creemos sobre nosotros mismos definen nuestras vidas. Cuando cambiamos la historia, cambiamos nuestras vidas al empezar a pensar, sentir y actuar de manera distinta. Hoy sabemos que el universo está vivo y que somos resultado de algo más que la pura casualidad. Los seres humanos fuimos hechos por diseño, somos producto de un acto intencionado y poseemos los rasgos de nuestro creador, de ese inmenso mar de energía y/o Consciencia: Somos consciencia y tenemos el poder de crear y la física cuántica se está encargando de demostrarlo.

Debemos ir más allá de nuestros sentidos para crear un nuevo paradigma.  Nuestros sentidos determinan todo lo que existe en nuestro mundo, pero eso no significa necesariamente que eso realmente sea el mundo.  Debemos adoptar un conocimiento que no es convencional  que  está en lo oculto y si podemos conectarlo en nuestro cerebro primero entonces lo que siempre ha existido ahora será visto por nosotros.  Ese es el cambio de paradigma.  Los ojos son como un lente pero la cinta que realmente está viendo es la parte posterior del cerebro se llama corteza visual.  Es como una cámara y su cinta.  Los ojos son como una videocámara que toman información y la almacenan pero no significa nada hasta que la unes toda.  La única película que está rodando en nuestra mente es aquello que tenemos la capacidad de ver.  Entonces, es posible que nuestros ojos, nuestras cámaras, vean más de lo que nuestro cerebro tiene la capacidad de proyectar conscientemente? Por como está conectado nuestro cerebro solo vemos lo que creemos que es posible. Combinamos patrones que existen dentro de nosotros mismo a través del condicionamiento.  Así que como en una historia que siento que es cierta es que cuando los indios, los aborígenes americanos nativos de las Islas del Caribe vieron las naves de Colón acercándose no pudieron verlas para nada. Porque como era algo tan diferente de lo que conocían no pudieron verlo.

Si me lavanto a la mañana y de pronto decido tomar con mucha seriedad la afirmación de que no sé con certeza si mis ojos funcionan correctamente.  Siempre percibimos algo después de que se refleja en el espejo de la memoria.

Detengámonos un momento, cómo funciona la visión? Primero la información choca con los ojos y la  retina.  Esa información crea determinadas señales nerviosas que luego se conectar de nuevo con las partes primarias del cerebro donde las imágenes realmente empiezan a formarse.  En la corteza visual primaria lo que veríamos sería una imagen pixeleada donde fundamentalmente hablamos de líneas, formas, colores.  No hay nada allí que podamos identificar o ver o incluso discutir obvio no estamos conscientes de este nivel de actividad.  Así que estos son los datos en bruto con los cuales llega al mundo. Así que en este aspecto, la visión en si no ocurre en los ojos ni si quiera ocurre necesariamente en el área visual primaria pero si empezamos a subir en cuanto al procesamiento cuando llegamos a un nivel secundario del procesamiento estamos empezando a unir figuras y formas y puede que seamos algo conscientes de este estado que quizá está asociado con algo llamado vista ciega.  Pero es hasta que llegamos a un nivel procesamiento mayor cuando la imagen se conecta a la memoria que es cuando realmente vemos. Interesante, no?

Regresando a la mecánica cuántica, cuando empiezas entender que en el vacío existe una energía inmensa empiezas a entender el campo de posibilidades infinitas.  Este vació lo alteramos con conciencia e intención dirigidas.  Cambiamos las cosas en el nivel del vacío que luego nos permite acceder a un nuevo nivel de física.  Accedemos al campo de posibilidades infinitas utilizando la intención.  Vivimos en un universo de pensamiento, un universo conceptual.  La mecánica cuántica es el despliegue de potencialidad.  Lo que trata de explicar la mecánica cuántica a groso modo es que existe un mundo intangible que afecta al mundo tangible de nuestra experiencia.

Qué es el campo cuántico o campo de posibilidades infinitas ?

El campo cúantico o unificado es un campo invisible de energía e información también podemos decir de inteligencia y conSCiencia que existe más allá del espacio y del tiempo. Allí no cabe nada físico ni material. Es ajeno a cualquier cosa que puedas percibir con los sentidos. Este campo unificado de energía e información gobierna las leyes de la naturaleza. Es una región infinita de energía infinita que vibra en un plano distinto al mundo físico de la materia y los sentidos: infinitas ondas de energía que podemos emplear para crear. Así que si aprendes a estar en la negrura de lo desconocido podrás atraer imprevistos a tu vida.

Ahora retrocedemos un poco para saber cómo descubrieron los científicos el universo cuántico a principios del siglo 20. Lo que sucedió cuando empezaron a estudiar el mundo subatómico es que se dieron cuenta de que los átomos, las piezas que conforman el universo físico, están formados por un núcleo rodeado de un gran campo electromagnético que contiene uno o más electrones que parece estar vacío en un 99.9999999999 por ciento. Sin embargo, este espacio no está vacío en realidad, sino ocupado por un enorme despliegue de frecuencias energéticas que conforman un campo de información invisible e interconectada. Así pues pese a su apariencia sólida, el universo tal como lo conocemos es en realidad energía e información en un 99.999999 por ciento. De hecho, la mayor parte del universo está constituido por este espacio «vacío»; la materia es un componente infinitesimal en comparación con la inmensidad de la nada física.

Los investigadores pronto descubrieron que los electrones, esas partículas que se mueven en el vasto campo que rodea el núcleo, se comportan de un modo del todo impredecible; no parecen obedecer a las mismas leyes que rigen la materia en nuestro universo. Ahora están aquí y, al instante, aparecen allá. Por si fuera poco, es imposible predecir dónde y cuándo aparecerán. Sucede así porque, como finalmente descubrieron los investigadores, los electrones existen de manera simultánea en un escenario infinito de posibilidades o probabilidades. Sólo cuando el observador presta atención y busca una «presencia» material, ese campo de energía invisible se plasma en una partícula que conocemos como electrón. Se trata de lo que ha dado en denominarse colapso de la función de onda o evento cuántico. Sin embargo, tan pronto como el observador desvía la atención, deja de observar el electrón y retira el pensamiento de la materia subatómica, éste muda en energía otra vez. Dicho de otro modo, la partícula de materia física (el electrón) no existe a menos que lo observemos; que le prestemos atención. Y, en el instante en que dejamos de mirarlo, muda en energía otra vez (concretamente, en una frecuencia energética, esa que los científicos denominan «onda») y se transforma en posibilidad. En ese sentido, mente y materia están íntimamente ligadas en el cuanto. (Por cierto, igual que nosotros, como consciencias, materializamos el electrón cuando lo observamos, existe una consciencia universal que nos observa a nosotros y nuestra realidad tridimensional para darle orden y forma.) En lo que a ti concierne, todo ello implica lo siguiente: si contemplas tu vida día tras día desde el mismo nivel mental, previendo el futuro a partir del pasado, estás plasmando infinitos campos de energía en patrones de información que son siempre los mismos. Por ejemplo, si te despiertas y piensas: ¿Siento dolor?, ese dolor que siempre te acompaña pronto se manifestará, porque así lo esperabas. Imagina lo que pasaría si fueras capaz de dejar de prestar atención al mundo físico y al entorno. Cuando desvías la atención de tu cuerpo te conviertes en un ser sin materia y ya no tienes acceso a los sentidos (ni manera de usarlos). Cuando desvías la atención de las personas que conoces te conviertes en nadie, así que dejas de poseer una identidad en tanto que padre, pareja, hermano, amigo. Ya no tienes profesión, ni religión, ni tendencias políticas, ni nacionalidad. Careces de raza, género, orientación sexual o edad. Cuando retiras la atención de los objetos y los lugares que pertenecen al plano físico, devienes nada en ninguna parte. Y, por fin, si retiras la atención del tiempo lineal (definido por un pasado y un futuro), sales del tiempo; es decir, habitas el momento presente, donde existen todas las posibilidades del campo cuántico. Como ya no te identificas ni estás conectado con el mundo físico, ya no intentas influir en la materia a través de la materia; trasciendes el mundo físico y tu propia identificación como cuerpo ubicado en el espacio y en el tiempo. En un sentido muy real, te encuentras en la oscura inmensidad del campo unificado, donde nada material tiene cabida. En cuanto eso sucede, despliegas tu atención y tu energía en un campo desconocido que se extiende más allá de la materia, el mismo que alberga todas las posibilidades; un campo constituido tan sólo por frecuencias invisibles que transportan información o consciencia. E igual que los científicos cuánticos descubrían que el electrón mudaba en energía y posibilidad en el instante en que desviaban la atención de él, si desvías la atención de tu vida o superas los recuerdos, tu existencia mudará en posibilidad. Resumiendo, si te concentras en lo que ya conoces, obtendrás más de lo mismo. En cambio, si te fijas en lo desconocido, creas posibilidad. Cuanto más te detengas en el campo de infinitas posibilidades—consciente de estar presente en esa oscuridad sin fin— sin prestar atención a tu cuerpo, a los objetos, a las personas, a los lugares y al tiempo, más energía invertirás en lo imprevisible y más posibilidades tendrás de crear nuevas experiencias en tu vida. Es una ley.

Las emociones son energía en movimiento, son el medio por el cual nos comunicamos con el campo cuántico. Toda energía es una frecuencia y toda frecuencia transporta información. En función de nuestros pensamientos y sentimientos y emociones, siempre estamos enviando y recibiendo información al campo cuántico. Si queremos transformar nuestra vida (Efecto) tenemos que cambiar la frecuencia de la energía que emitimos a través de nuestros pensamientos, emociones y sentimientos (Causa) y así modificar el campo electromagnético que emitimos sin cesar. En otras palabras, para cambiar nuestra experiencia debemos transformar nuestra forma de pensar y sentir.

Como vas a traer algo nuevo a tu vida cuando experimentas los mismos pensamientos y emociones día tras día? Tus pensamientos y emociones están prefigurados por lo que ya conoces así que son una calca de tu realidad pasada. Reproduces la misma vida constantemente porque llevas tu atención (pensamientos/ electricidad) y tu energía (sentimientos/ magnetismo) al mismo sitio una y otra vez.

Si aquello que piensas y sientes emite una marca electromagnética que influye en todos los ámbitos de tu vida, estás proyectando siempre la misma energía electromagnética, por lo que tu vida nunca cambia. Podríamos decir que tu energía equivale a todo lo que conforma tu realidad presente.

Centros de energía

Los Chinos, desde hace más de 5 mil años, ya sabían lo que la física cuántica está demostrando hoy en día, que somos energía (consciencia), que la energía se concentra allí donde enfocamos nuestra atención y es dirigida por nuestra intención. Su estancamiento produce efectos adversos en la salud de las distintas áreas de nuestra vida.

Para los Chinos la energía corre por canales llamados merdianos que se encuentran a lo largo del cuerpo humano, son 14 meridianos siendo dos de ellos de especial importancia los canales los 2 canales centrales Du y Ren porque la energía que corre por estos dos meridianos alimenta a los 12 restantes.

Para la medicina ayurvédica, la energía central corre a a través de lo que llaman chakras que significa rueda o vórtice y designa a cada uno de los siete centros de energía que componen el sistema.

Cuando la energía fluye suavemente a través de los meridianos centrales du y ren según la Medicina Tradicional China o a través de los chakras según la Medicina Ayurvédica, se experimenta un estado de totalidad. En cambio, cuando esta energía se bloquea aparecen las enfermedades y/o situaciones indeseadas. El estado de flujo de estos canales o centros de energía refleja tus decisiones sobre cómo responder a las diversas situaciones de la vida. Tu abres o cierras esas válvulas cuando decides qué pensar y qué sentir, y que filtro preceptúales eliges para experimentar el mundo que te rodea. Lo importante, desde luego, es mantener funcionando suave y armónicamente todas las válvulas, como las válvulas de una flauta. Cada centro de energía posee un reflejo biológico. Todos cuentan con sus propias glándulas, hormonas, mensajeros y plexos neuronales que fungen como cerebros. En la primera imágen vemos la representación del canal Du en rojo y el canal Ren en azul, mientras que en la segunda imagen vemos la representación de los chakras y su correspondencia glandular y con los plexos neuronales.

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Tu cuerpo y tus experiencias solo son expresiones de tu conSCiencia y de la forma de pensar y sentir que has elegido hasta ahora.  Puedes continuar con el mismo comportamiento o hacer algo diferente. No es cuestión de estar en lo correcto o en error sino mas bien es cuestión de asumir una responsabilidad. Una determinada forma de pensar y sentir crea síntomas. Un síntoma es simplemente un invitación a cambiar esa forma de pensar y sentir a través de un entrenamiento mental y otras prácticas de sabiduría milenaria, de las que hablaremos más adelante.

Cuando nos instalamos en el estrés, la preocupación, el miedo, enojo, celos, frustración, ansiedad, tristeza, depresión, odio, rencor, intolerancia, prisa, culpabilidad nuestros tres primero centros aumentan sus requerimientos de energía para poder producir los compuestos químicos que corresponden a estas emociones y empiezamos a absorber la energía del campo electromagnético además por supuesto de restar energía para la reparación, la curación, la creación y otras funciones.

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Algo muy importante de lo que a veces no nos acordamos es que el cuerpo es un imán poderosísimo. Los imanes, como ya sabes, tienen un polo norte y un polo sur; un extremo tiene carga positiva y el otro carga negativa. La polaridad entre los dos extremos del imán le permite generar un campo electromagnético. Cuanto más fuerte es la polaridad entre los dos extremos mayor el campo electromagnético que crea. Dicho campo es invisible, pero existe; y se puede registrar. Ahora, en el caso del cuerpo humano, el polo norte es el cerebro y en consecuencia el instrumento de la mente y el sur la base de la columna vertebral. Cuando vives inundado de hormonas del estrés (efecto de las emociones de supervivencia) o cuando sobrecargas los otros dos centros energéticos de supervivencia, estás absorbiendo constantemente energía de ese campo invisible. En esos casos, la energía ya no fluye por el cuerpo, porque el organismo, instalado en un estado de supervivencia, la extrae del campo para almacenarla en el cuerpo; específicamente, en los tres primeros centros energéticos. (Es lo que sucede cuando el bucle pensamiento/sentimiento del que hablábamos antes se instala.) Si esta situación se prolonga mucho tiempo, el cuerpo pierde la carga energética que lo recorre. Privado de ésta, no puede generar el campo de energía electromagnética que lo rodea en circunstancias normales y deja de actuar como un imán. Ha mudado en un trozo de metal normal y corriente, en un imán que ha perdido su carga. Como puedes observar en la imagen siguiente, el cuerpo deviene entonces más materia y menos energía (o más partícula y menos onda). Cuando la energía fluye por el cuerpo, igual que sucede con los imanes, un campo electromagnético mensurable rodea el cuerpo. Pero si vivimos instalados en un estado de supervivencia y nos alimentamos del campo invisible de energía que nos envuelve, dicho campo se reduce. Además de eso, cuando la energía se estanca en los tres primeros centros —esos que llamamos de supervivencia— por cuanto estamos atrapados en un círculo vicioso de pensamiento y sentimiento, disminuye la corriente que recorre el cuerpo y el campo electromagnético mengua todavía más.

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Como es natural, si hubiera un modo de lograr que esa energía estancada en los tres primeros centros volviera a circular, la corriente reanudaría su flujo y el cuerpo generaría de nuevo su campo electromagnético.  Para eso sirve la respiración consciente o meditación.  La meditación es una herramienta poderosísima que nos ayuda a despegar la mente del cuerpo y desplazar toda esa energía acumulada en los tres primeros centros por la columna vertebral hasta el cerebro.  De este modo podemos restaurar el campo electromagnético que envuelve al cuerpo y así recuperar nuestro poder.

Sintonizarse con el infinito es una idea práctica si se le entiende y se le aplica. El hombre no es tan inútil como cree y siente. Si tan solo pudiera sintonizar su Energía interna y los recursos de la vida escondidos en lo más profundo de sí mismo.

Randolph Stone

Texto basado en extractos del libro Sobrenatural de Joe Dispenza, del documental ¿Y tú que sabes? 2: Dentro de la madriguera y Humanos por Diseño de Gregg Braden